Los sistemas de salud en el Caribe enfrentan una crisis común derivada de una gestión ineficiente, la escasez de recursos médicos y prioridades políticas que desatienden las necesidades locales, afectando gravemente el acceso a una atención médica adecuada.
- Gestión ineficiente y falta de recursos: La mala administración limita la disponibilidad de medicamentos, equipos y personal médico en los tres territorios. En Cuba, el problema es crítico, con una emigración masiva de profesionales que ha colapsado la atención primaria. En la República Dominicana, la corrupción agrava la escasez de medicamentos y genera tensiones al priorizar a parturientas haitianas, sobrecargando el sistema y afectando a los nacionales.
- Alta carga de enfermedades: El envejecimiento poblacional y el consumo de alimentos ultraprocesados han incrementado enfermedades no transmisibles como demencia, obesidad y diabetes, mientras que el dengue sigue siendo una amenaza constante.
- Infraestructura vulnerable y falta de autonomía: Los desastres naturales dañan los servicios de salud, y la falta de autonomía política, especialmente en Puerto Rico, impide implementar políticas adaptadas a las necesidades locales.
- Inversión insuficiente y mal gestionada: A pesar de que Cuba destina aproximadamente el 24% de su presupuesto a salud, la República Dominicana el 9.55% y Puerto Rico el 19.82%, estos recursos no se traducen en mejoras visibles debido a la mala gestión y al deterioro económico de los países, lo que devalúa el impacto de estas inversiones.
II. Propuesta de soluciones integrales
Para enfrentar estos desafíos, se proponen soluciones que unifiquen esfuerzos en gestión, prevención, infraestructura y estabilidad económica, adaptándose a las realidades de la región.
- Optimización de la gestión y recursos:
- Establecer mecanismos de transparencia para garantizar que los fondos de salud se utilicen eficientemente, asegurando la disponibilidad de medicamentos y equipos médicos.
- Implementar políticas de retención de profesionales con mejores salarios y condiciones laborales, deteniendo la fuga de talento médico.
- Prevención y promoción de la salud:
- Diseñar campañas regionales para fomentar dietas saludables basadas en productos locales, reduciendo el consumo de alimentos ultraprocesados y combatiendo enfermedades crónicas.
- Fortalecer la vigilancia epidemiológica del dengue y otras enfermedades infecciosas mediante tecnología y cooperación.
- Fortalecimiento estructural:
- Unificar las áreas relacionadas con la salud en cada territorio y exigir a los ministerios o entidades responsables de la construcción (como el Ministerio de Obras Públicas o equivalentes) que prioricen la creación y reparación de hospitales. Estructuración: Esto implicaría crear un comité regional de salud que coordine con las entidades de construcción, estableciendo un plan quinquenal para identificar zonas críticas, reparar hospitales existentes (priorizando áreas rurales y urbanas densas) y construir nuevos centros con estándares de resiliencia ante desastres. Se asignarían fondos específicos para este fin pero no mas que el presupuesto de salud, siendo supervisados por auditorías, y se involucraría a comunidades locales para garantizar que las nuevas instalaciones cubran necesidades reales.
- Aunque se destinan miles de millones de dólares a educación, esto no sirve de nada si no se refleja en mejoras tangibles en los países; lo mismo aplica a salud, por lo que la unificación y la infraestructura hospitalaria son esenciales.
- Estabilización económica como una de las bases para la salud:
- Estabilizar la economía para que las inversiones en salud tengan un impacto real, ya que el deterioro económico de los países devalúa los fondos asignados. Una economía estable asegura que el dinero destinado a salud (no más del 15% del presupuesto) tenga un valor real. Esto incluye: 1) diversificar las economías, promoviendo sectores como el turismo sostenible y la agricultura local para generar ingresos; 2) reducir la dependencia externa, fomentando la producción interna de insumos médicos; 3) negociar acuerdos internacionales para aliviar sanciones (en el caso de Cuba) o mejorar tratados comerciales (en la República Dominicana y Puerto Rico), fortaleciendo las monedas locales; 4) unificar las áreas relacionadas con la salud en cada territorio, eficientizando el servicio y evitando gastos innecesarios.
III. Impacto esperado
Estas soluciones buscan transformar los sistemas de salud del Caribe en modelos eficientes y sostenibles. Una gestión transparente y una economía estable garantizarán el acceso a recursos médicos, mientras que la infraestructura fortalecida y las políticas de prevención reducirán la carga de enfermedades. La unificación de esfuerzos y la estabilidad económica sentarán las bases para una salud bien estructurada, priorizando a las poblaciones locales y asegurando que las inversiones en salud generen mejoras visibles y duraderas.
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